POESÍA Y SEMBLANZA DEL POETA NILSON FUSTAMANTE
POESIA Y SEMBLANZA DEL POETA NILSON FUSTAMANTE
Continuando con la difusión de poesía y narrativa contemporánea. En esta oportunidad tenemos el agrado de presentar los poemas del poeta NILSON FSUTAMANTE. Poemas que formar parte de sus libros "Gritos del corazón" y "Susurros del corazón".
Invitamos a leer los poemas del autor que también se hace llamar "El poeta empedernido". Sabemos que será el agrado de todos los amantes de la poesía romántica, clásica y de amor.
POEMAS DE NILSON FUSTAMANTE
BESO…
Son
tus carnosos labios de marfil
dos
fresas que me roban la mirada,
que
atraen a los míos cual imán.
Rojos
como el fuego encendido,
llenos
de cristalinas aguas que,
serpenteantes,
vienen a posarse en los míos.
Los
míos corren al encuentro de los tuyos
aleteando,
tratando de llegar rápidamente
y,
mientras la distancia se acorta, tiemblan.
Chocan,
luego, fraudulentos muy de prisa.
Emanan
chispas, chasquidos y zumbidos,
se
desaceleran. Ahora, solo se rozan
como
si a conocerse recién volvieran.
Vuelven
al ajetreo, sin pausa,
pero
como si fuera competencia,
tratando
de ganar.
Mas
no hubo previa, no habrá final.
Continúa
lo que se puede llamar beso,
dos
reinos entregando lo mejor de sí.
Desvélanse
las almas
presentándose
dos mundos distintos;
se
conquistan, sin querer esclavizar.
Recorren
su territorio remarcándolo,
poniendo
hitos que perdurarán por siempre
y
que siempre también recorrerán
recordando
cada día, cada paso,
cada
lugar, con su fecha por celebrar,
hasta
que Dios diga: ¡Hasta aquí nomás!
¿QUÉ
HE DE DECIR?
¿Qué
he de responder cuando me pregunten
por la felicidad?
Cuando todos sonrían (aun con el ceño
fruncido),
cuando pasen tomados de la mano
cual nidos entre las ramas,
cuando los abrazos sean nobles como las
enredaderas,
dime: ¿qué he de decir?
Cuando todos inicien con un roce de
labios,
con miradas que devoran hasta el alma
llenándola con palabras
o cuando sienta frío entre los brazos,
en el pecho, en el alma,
y no tenga ya a nadie para abrazar
o cuando mis pasos pierdan el sendero,
dime: ¿quién los guiará?
Cuando todos me miren asombrados
y preguntando por mi rostro triste
o cuando ceda al llanto eterno,
ese que no quiero empezar.-
Cuando la soledad se apodere de mí por
completo
sin darme tiempo siquiera para
respirar...,
dime: ¿qué he de decir?
Cuando escriba mis versos
y no tenga a quién dedicar,
cuando mi bolígrafo se ponga triste
y su tinta procure regar
o cuando las noches sean frías como el
Polo Sur
y yo no sepa sobrevivir tal invierno...,
dime: ¿Qué he de decir?
UNA MIRADA…
Se arquean tus cejas
cual bello arcoíris naciente.
Tu mirada penetrante se clava en mí
con brillo sin igual.
Es una danza, un holocausto
de reunión personal,
un festejo que se explaya
llegando hasta el
infinito…
y más allá,
colapsando todos los sistemas
y circuitos de un individuo.
Es un idioma que perdura
utilizando signos telepáticos
fáciles de emitir, difíciles de entender
Es un habla sublime
de claras expresiones,
casi común, entre amantes.
Ve más allá de los ojos,
se conecta con el alma
haciendo un diálogo sin palabras.
Es como el Sol, centro de la galaxia,
como la luna, las estrellas,
la noche y la oscuridad...
Agropecuario mío, ¿por qué lloras?
¿Por qué dejas que te contagien las
plagas?
¿Por qué vas pálido como los arroces por
la zogata?
¿Por qué, Agropecuario...? ¿Por qué?
Hoy, tus calles son solo polvaredas;
tus pocos arbustos están marchitos
y otros, desnudos, esqueletos
crujientes.
Tus jardines son solo desmonte,
tus aves se han ido con el agua
y tus calles hablan de desolación.
El sauce de mi casa, “Hebaristo”, ha
muerto
y, con ello, su color, su floración, su
sombra
y sus esperanzas de amar...
Los gallos galantes ya no cantan;
los perros, sí; pero ellos lloran
solamente...
El hombre... Ay, el hombre también
llora.
Llora con sus baldes vacíos,
con sus músculos encogidos,
con el cuerpo sediento...
¿Y yo? Yo sigo cuestionándome:
¿hasta cuándo así, Agropecuario?
PRIMAVERA? NO EXISTE PRIMAVERA
Se va la primavera cual nube seca que
arrastra el viento
como arrastra mi voz por las calles de
mi Agropecuario
hasta su final, disolviéndose.
Se va triste, se va sola, se va muda, se
va ciega,
se va sorda, se va sin sentir siquiera,
se va sin dar un último suspiro,
se va sin dejar huella; solo se va.
Ya no hay flores, aunque casi nunca las
hubo,
y se va sin avisar, así, ocultándose de
todos
o ante todos sus expectantes que siempre
la esperan.
Noviembre, triste noviembre, triste yo,
tristes todos,
se nos ha ido la primavera
sin poderla detener, sin poderla atajar,
sin poder decirle adiós o un ¡vuelve
pronto!
No ha vuelto su rostro para llevarse
la última impresión
ni para ver los frutos de los algarrobos;
no, así nomás se ha ido.
Caen por la noche algunas gotas;
¡llego yo!, nos dice el verano.
Y aunque queramos que toda la vida sea
primavera,
¿qué
primavera? Sequía, desesperación, hambre.
¡No existe primavera!
Hermosa muñequita
Hermosa muñequita
de labios sonrosados,
con tu grácil sonrisita,
de veras, me has enamorado.
Serán tus ojos límpidos
un arma irresistible
que, por más que me blinde,
han sido, por ti, vulnerados.
Has visto así mi alma,
traslúcida, enteramente tuya,
para que te enseñorearas
como, en las noches, la luna.
Eternidad
Te quiero y no lo callo.
Una vez más, lo grito al cielo,
al viento,
a la luna,
a las estrellas,
a la noche.
Te quiero…
¿Y acaso existe mejor forma de decirlo?
¿Una mirada?
¿Una sonrisa?
¿Por qué?
Si aquello es apenas el inicio,
el principio de todo comienzo.
Te quiero…
No para ahora,
no para mañana
ni pasado;
sino para la eternidad...
Oriente y occidente
Ella vivía en el oriente,
entre el silencio de la soledad
y el rumor del océano.
Por eso es que, por más lejos
que de su amor estaba,
jamás lo notaba.
Él, en cambio, vivía en occidente,
en el otro extremo, tan lejano,
bajo la calma del cielo.
Y, aunque ambos del amor sabían,
ignoraban la cercanía de sus corazones.
Por las noches, mirando las estrellas,
imploraban al Supremo
pueda sus almas juntar.
Se dejaban serenar por la noche, luego,
y subían a su alcoba cuando
los suspiros se encontraban.
Para hacer de su amor más posible,
intentaban hallarse entre la ilusión.
Ella hacía uso del viento para hacer su
voz oír;
él, los rayos del sol que la abrazaban
tiernamente.
Y así pasaban sus días y sus noches
buscando amarse entre sueños,
intentando hablarse a través del
espacio,
buscándose en el reflejo de la luna
y de las aguas
sin saber por qué, un día,
ambos se hicieron a la mar.
Y cuando ya el sol pensaba despedirse
y la luna de su sueño profundo despertar,
sus barcos, luego de que terminase la
tormenta,
como en un sueño,
juntos, de la calma pudieron
disfrutar...
DEL LIBRO: "SUSURROS DEL CORAZÓN"
Navegantes
Deja que mi corazón navegue junto al
tuyo
sin temer la furia de los mares,
deja que aborde tu mismo viaje,
deja que se atreva a hacerte compañía,
deja que recorra los mismos lugares
platicando en silencio,
riendo suavemente o a carcajadas,
deslizándonos como dos gotas sobre los
tejados,
captando escenas que después nos
acompañen.
Por favor,
deja que mi corazón se enrumbe con el
tuyo
hacia lo desconocido.
Deja que sacie mi sed,
mis deseos implacables,
deja que mis pupilas se complazcan
contemplando una maravilla mundial.
Deja que mi corazón navegue junto al
tuyo
y, si es abrazados de amor,
mucho mejor...
DEL LIBRO: "SUSURROS DEL CORAZÓN"
Caminante
Soy un andante de pies descalzo
sintiendo las espinas y el calor del
suelo,
los altibajos, la arena ardiente, las
piedras.
Soy un caminante sin abrigo
que tiembla en invierno,
que se muere de frío,
que también llora
y se cobija a orillas de los caminos.
Soy un caminante, un buen caminante,
un foráneo completo,
uno casi extinto y en sus lares
todo un extranjero.
Soy un caminante que no le teme a la
tormenta
ni a los días escasos
pues, por ellos, he enfrentado a tanto
y a todo he sobrevivido.
Soy un caminante, sí,
un piloto de su propia nave,
un caminante tal vez olvidado;
pero que resurge del olvido
cual fénix fortalecido.
Soy un caminante que talla,
en frágiles memorias, la tinta de sus
versos,
pintando con el iris
las cavernas más oscuras
llenándolas de luz y de vida.
Soy un caminante;
tal vez, un poco extraño,
que ama la verdad
y conoce de buenos amigos,
que ha visto en tierras infértiles
las plantas germinar
y dar al ciento por uno.
Soy un caminante
al que, a veces, llaman loco
y al que algunos miran de soslayo.
Soy un caminante
quizá fino, quizá medio,
aunque creo soy plebeyo
y amo y señor de lo que hace…
Soy un caminante, sí,
en el sendero de la vida…
DEL LIBRO: "SUSURROS DEL CORAZÓN"
NILSON FUSTAMANTE VASQUEZ
El Poeta Empedernido.
Nació el 23 de enero del 2000 en la provincia de Chota, Cajamarca, región andina del Perú. En su infancia, se mudó al centro poblado El Agropecuario, distrito de Lagunas, provincia Chiclayo, donde reside hasta la fecha. Aprendió a leer y escribir desde los cuatro años conviviendo con las historias de sus abuelos. Realizó sus estudios de nivel básico en Mocupe, donde conoció la gran labor de autores nacionales y extranjeros. El 2019 haría realidad su sueño, tras publicar su primer poemario Gritos del corazón. En el 2021 aparecería su segundo libro: Susurros del corazón. Sus dos obras forman parte de una colección de 5 poemarios que se encuentran disponibles en Amazon. Así también ¿Quién sabe? Lo que puede pasar en el amor. A sus 24 años ha cautivado a sus lectores con su enfoque en el amor romántico, y temas como: la naturaleza, los paisajes, la vida, con una sensibilidad única que resuena en el corazón de sus seguidores. Actualmente ha publicado su novela "El parque de los sueños".
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